Escuela virtual de Sabiduría de Pamplona.

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El gran pecado de la Iglesia

………. En este artículo, «El gran pecado de la Iglesia», se expone con claridad el principal perjuicio que la religión cristiana ha supuesto para Occidente, impedir la Evolucion de los occidentales.

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© Copyright Fernando Conde Torrens

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……….Sin duda, la mayor lesión que Constantino, Teodosio y san Ambrosio nos han causado ha sido el eclipse del Conocimiento. Antes que ellos, los menos evolucionados se comportaban según su edad y hacían barbaridades. Simultáneamente, las personas más evolucionadas llegaban al Conocimiento y lo enseñaban. En su pequeño entorno, de manera personal, y a distancia mediante sus obras escritas. Hay referencias de que estas personas crearon Escuelas y escribieron cantidades enormes de libros. Todos, libros de Conocimiento. Libros que fueron destruidos.

……….Estos libros permitían, a quienes no podían viajar hasta las Escuelas e instruirse en ellas, por no tener medios económicos, aprender y progresar en su Evolución. El hecho es que esta enseñanza, con todos los beneficios que comportaba, llegó hasta nada menos que la cabeza del Imperio, con los Emperadores filósofos, la última muestra de los cuales fue Marco Aurelio. Sus «Meditaciones» se pueden encontrar en cualquier Librería. Imagínese el lector que el gobernante del país más poderoso de la tierra fuera un Marco Aurelio con corbata y despacho oval. Creo haber detallado que tal época se extendió del año 138, con la subida al trono de Antonino Pío, al 180, con la muerte de Marco Aurelio. Más de 40 años regidos por personas cuyo objetivo es el Conocimiento … Inimaginable.

……….El Emperador Constantino está en las antípodas. La religión por él ordenada tiene como principal defecto que arremete contra el Conocimiento y lo excluye de la ley. Eso no se ve muy bien en el Nuevo Testamento, se ve con mucha más claridad en los escritos falsificados como obras del cristianismo primitivo, siglos II y III, sobre los que aún nada hemos dicho aquí, salvo ayer, con el virtual san Ignacio de Antioquía, un flash.

……….Pero la práctica de los 17 últimos siglos está a la vista de todos: Nuestros guías no hablan del Conocimiento o Sabiduría, no hablan de nivel de Evolución, no les conviene, no hablan de cómo poner en marcha esa Evolución. No lo saben, desbaratan y deforman la poca Sabiduría que pudo incluir Eusebio en Evangelios y Cartas y con ello engañan a todo Occidente, fingiendo enseñar algo que realmente es la negación de la Enseñanza. Aún no saben qué es eso del Reino, ni la unción. Y dan explicaciones absurdas y disparatadas.

……….El Conocimiento ayuda al ser humano a desarrollar sus potencialidades y a madurar. La casta sacerdotal nacida a las órdenes de Constantino lleva 1.700 años predicando la naturaleza caída, el pecado, la visión peyorativa de la mujer y del hombre, el pecado original, aberración donde las haya, la redención, otra atrocidad sin sentido, la divinidad de un ser que nunca existió, la existencia del infierno, otra barbaridad útil por el miedo que ha sembrado, la existencia de una «gracia» etérea que ciertos ritos externos, llamados Sacramentos, producen y otro porción de irrealidades que sólo son reales cuando uno tiene fe en ellas. La fe las vuelve «reales», única manera de que lo que no es sea. (El otro día leí que el Sumo Pontífice se está planteando si el limbo existe. Asevero, sí que existe. A las pruebas me remito.)

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El gran pecado de la Iglesia

   Tapar la Luz

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……….Pero el objetivo no es centrar la atención del lector sobre lo que, aun no siendo real, se nos ofrece como vía de salvación, sino sobre lo que debiera ser moneda de uso común y se tapa, se borra, se entierra. El ansia de muchas personas por acceder a eso, de lo que nunca les hablaron, pero que palpita vivo en su interior, es lo que les lleva a comprar libros que tratan de despertar esas potencialidades que intuyen en su interior. Pero es penoso que tenga que ser uno ya adulto, de manera personal, en plan amateur, quien se preocupe de darse la enseñanza que no le dieron de joven quienes se dicen guías sin serlo, siendo todo lo contrario.

……….Y eso que nosotros en Occidente y en esta generación tenemos medios a disposición y nos hemos dado la libertad de expresión suficiente como para que se puedan escribir y se puedan divulgar tal tipo de libros. Hace sólo cien años tengo para mí que estas cosas no eran posibles. Hace sólo uno, de los diecisiete siglos que la casta ha mandado en este «pobrecillo» Occidente.

……….¿Cómo recuperar tamaño retraso? ¿Cómo evitar tropezar en la misma piedra? ¿Qué hacer para salir de tan torpe situación? No tengo todas las respuestas, ni seguridad de tener alguna buena. Pero algunas de las reflexiones que me han llegado en los últimos 5 años, conociendo ya a Simón, son las que expongo en estos artículos. No es que nada hayamos hecho y que estemos tan inermes y a su merced, como en la Edad Media o hace cien años. Hemos avanzado y en la dirección correcta. En la medida en que socialmente hemos dado la espalda a las enseñanzas de la casta y hacemos caso omiso a sus zalamerías, hemos avanzado en la buena dirección. En la medida en que no permitamos que las personas sin defensas mentales, los niños, sean expuestos a la deformación que constituye el Cristianismo, estamos evitando que una monstruosidad se prolongue por más tiempo.

……….Cuando un gobierno realista toma medidas en ese sentido, ya se ve el revuelo que promueve la casta sacerdotal constantiniana. Se les corta la manipulación ideológica de las futuras generaciones. La escasa asistencia a sus celebraciones y, sobre todo, la edad de quienes acuden, es ya un presagio del futuro. Pero si la cantidad de fieles es un termómetro, la capacidad de quienes están mentalizados con la mortal enfermedad es otra cosa muy distinta. Y ahí es donde el progreso es menos claro.

……….Tendrán que venir dirigentes clarividentes, al modo de Antonino Pío o Marco Aurelio, que nos permitan abandonar rápidamente las tinieblas y encaminarnos de manera directa, sin zigzags, ni pasos atrás, hacia la luz del Conocimiento. No porque determinada institución política lo abandere, sino solamente porque lo permita y no lo obstaculice ya más.

……….Así pues, el gran pecado de la Iglesia no es que se hayan enriquecido enseñando irrealidades, no es que hayan enseñado a los dirigentes de las naciones a actuar como aves de rapiña, es que han tapado el acceso al Conocimiento, que es el objetivo de que todos hayamos venido a este mundo. Y eso es un crimen de lesa Humanidad. No se trata de que se castigue, sino de que se evite por más tiempo que lo sigan cometiendo.

… . El gran pecado de la Iglesia

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………. . El gran pecado de la Iglesia

……….Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «Año 303. Inventan el Cristianismo», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En  https://sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.

……….. El gran pecado de la Iglesia

. El gran pecado de la Iglesia

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2 comentarios en “El gran pecado de la Iglesia”

  1. Maria Teresa dice:

    y uno de los grandes pecados de la Iglesia es decirle a una niña de doce años: » tu padre, pobrecito está condenado a las penas eternas del infierno, porqué es «rojo», y eso con cara de «enteradas»…las monjas, claro.

  2. Fernando Conde Torrens dice:

    Sí, y ésa es una más de las mentiras sembradas por Lactancio, el fundador real del mal llamado «Cristianismo». Es que vivimos en el mundo de la ficción, de la locura, de la infancia. Espero que esa niña se haga mayor y pueda criticar y rechazar la tonteria de la monja. Y que ese engaño que sufrió se vuelva en contra de la engañadora engañada. Es una cadena, María Teresa, una cadena de engaños. Por esoi yo me fijo menos en las personas que engañan que en el hecho original, al que conviene poner punto final.
    Un abrazo

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