Carcassonne San Luís y Felipe el Atrevido
© Copyright Fernando Conde Torrens
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A Carcassonne volvieron – y lo hicieron con tiento
todos los que se fueron – veloces como el viento
evitando la muerte, – que no era un buen momento.
Ocuparon sus casas – con cierto sentimiento
de alivio y de nostalgia, – si no lo digo miento.
Se volvió a izar el muro – sin perder el aliento
y siguieron su vida – con gran comedimiento
que ahora se controlaba – el menor pensamiento:
La Inquisición estaba, – con o sin fundamento,
procesando a la gente – por mal comportamiento
……….
MIL DOSCIENTOS CUARENTA. – Otra vez movimiento:
Trencavel, aquel niño – del cual fue el nacimiento
un año antes que al padre – le dieran escarmiento,
volvió del sur con tropas – y con resentimiento.
Le apoyaron los Burgos – más que al ciento por ciento
y le abrieron sus puertas – con gozo y con contento,
por más que un día antes – hicieran juramento
ante la hostia bendita – y reliquias sin cuento,
delante del Antiguo – y el Nuevo Testamento,
de ser al rey leales – hasta el último aliento.
……….
De ser al rey leales, – como se debe ser,
pero los tiempos cambian – y ya no es como ayer.
El hijo del Vizconde – crudo lo va a tener,
que al rey piden auxilio – era de suponer –
Luis nono, que está en Bourges – y que va a recoger
tropas de todo el reino – para así defender
aquello que de joven – algo tuvo que ver.
……….
Sólo de treinta días – va a poder disponer
y Carcassonne require – para la someter
más tiempo y catapultas – de más radio y poder.
Comienzan con las minas – a excavar y roer
partiendo de las casas – que les van a ceder
los del burgo. Son cinco – galerías a hacer.
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Con alguna consiguen – bajo el muro acceder
pero no tienen tiempo – del hueco engrandecer
y que al hundirse pueda – el muro demoler.
Como el tiempo se acaba, – tienen que proceder
a lanzarse al asalto, – que van a repeler
desde lo alto del muro. – Y tendrá que volver
con el rabo entre piernas – sin lograr su querer.
……….
Rosetón Sur de la Catedral de San Nazario
(Fuente: Colección propia)
……….
Le siguen los del burgo, – con harto sentimiento,
que es ya la vez segunda – que hacen tal movimiento.
Muchos jamás volvieron, – haciendo asentamiento
allá donde llegaron, – recobrado el aliento.
Unos pocos volvieron, – creo fueron un ciento;
de sus casas no queda – ni siquiera el cimiento;
lo aplanó el Senescal, – mas no como escarmiento,
para evitar desgracias – y peligros sin cuento
y que en él no se aloje – un hostil regimiento.
Más tarde se daría – tal acontecimiento,
pero de eso hablaremos – cuando sea el momento.
……….
Un solar era el burgo, – pero no impedimento
a iniciar nueva vida, – así que con contento
construyeron sus casas – según ordenamiento.
Casas ya construyeron , – se dio el consentimiento,
mas muralla de adobe, – que no vale un pimiento.
Nació la Ciudad Nueva – pasado ya el Adviento,
del río al otro lado, – con iglesia y convento,
mas no pudo evitarse – cierto distanciamiento,
las poblaban personas – con distinto talento.
……….
Carcassonne después del siglo XIII
(Fuente: Carcassonne. Historia y Arquitectura.Jean-Pierre Panouillé. Éditions Ouest-France, 1.999.)
……….
Lástima que la cátara – voz se haya sofocado,
posiblemente el mundo – algo hubiera cambiado
si el ideario de Albi – hubiera fermentado,
pero es mucho pedir – al que está retrasado
que actúe de otro modo – a como fue enseñado
si le enseñaron gentes – siempre del mismo lado.
……….
Con la experiencia habida – del burgo conquistado
minando las murallas – que luego han desplomado,
el Capeto siguiente – ha, veloz, encargado
a los sus ingenieros – que han, raudos, destapado
los cimientos incluso – del romano tinglado
metiendo nuevas piedras – planas, con gran cuidado.
No fue trabajo fácil, – fue muy accidentado;
más de un hombre los dedos – en el muro ha dejado.
La colina en pendiente – se ha, además, nivelado,
así los minadores – irán con más cuidado,
y una muralla externa – se ha, con torres, plantado.
En sureño cerrojo – se la ha así transformado
y mientras por la ronda – se pasea el soldado
en Carcassonne le pegan – al textil y al bordado.
……….
Felipe el Atrevido – dio fin a la Cruzada
que su padre San Luis – dejara empantanada
al morir por la peste – en Túnez declarada
cuando aquéllos sitiaban – la ciudad mencionada.
Cuando llegó Felipe – dio orden de retirada,
que por el jeque moro – hubo de ser pagada.
No tuvo buena suerte – y toda la soldada
que el rey moro le diera – por dar por terminada
la expedición guerrera – del padre fue tragada
por el mar, ya de vuelta – hacia la tierra amada.
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Volviendo de esa guerra, – su esposa, embarazada,
se cayó del caballo – en tortuosa calzada
y murió en pocas horas, – del bebé acompañada.
De modo que Felipe – dispuso en una hilada
a su padre, a su hermano, – muerto por la citada
peste, y a su cuñado, – a su esposa adorada
y al niño no nacido – cuando hiciera su entrada
en París, el ocaso – de una triste jornada,
marchando a San Denís – donde dejó enterrada
casi a media familia – en cripta preparada.
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Vidriera llamada «El Árbol de la Vida» en la catedral de San Nazario
(Fuente: Colección propia)
……….
No muy afortunado – fue éste, su acto primero,
tampoco mucha suerte – logrará en el postrero.
Respecto a Carcassonne – este rey fue puntero,
pues casi inexpugnable – hizo el conjunto entero
de murallas, castillo, – y palenque, o sendero
que entre las dos murallas – barrerá el caballero
si el enemigo osado – es atrevido y fiero
y conquista y rebasa – la muralla, altanero.
Con piedra almohadillada – que fabrica el cantero
hizo una torre nueva – en el desfiladero,
la Torre del Obispo, – que con tiro certero
el palenque controla. – La Puerta Sur empero
protegiose con torre, – cuadrada, de mortero,
que es la de San Nazario. – Del lienzo delantero
las torres de Narbona – cubren el lienzo entero.
Tienen una cisterna, – un horno, un saladero,
una gran cuerpo de guardia, – sala del caballero
y escaleras que aturden – al novel extranjero.
La Torre del Tesoro – se hizo con gran esmero,
en ellas se resguarda – el caudal financiero.
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Esquema de las murallas de Carcassonne y de su fecha de construcción
(Fuente: Carcassonne y los castillos cátaros. Casa Editrice Bonechi. Florence, 2.004.)
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Siguiente artículo: Carcassonne y su ocaso.
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……….Fernando Conde Torrens es autor de «Simón, opera magna», «El Grupo de Jerusalén», «Año 303. Inventan el Cristianismo», «La Salud» y una serie de artículos sobre el mundo de las ideas. En https://sofiaoriginals.com expone los resultados de sus investigaciones sobre la eterna búsqueda del ser humano.
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